Alimentación

La Ribera navarra, bañada por el Ebro y el Aragón, es tierra de contrastes donde el sabor de lo antiguo se mezcla con aires nuevos. En su parte alta, allí donde se abrazan estos dos ríos, la tierra muestra una personalidad única que complementa los fértiles campos de la Ribera Baja. El paisaje es un rompecabezas vivo de huertos, viñas y sembrados que han hecho de esta comarca un imán para quienes buscan el buen comer. Sus tesoros, desde las tiernas alcachofas tudelanas hasta los caldos con denominación Navarra, son el fruto de una tierra generosa y de un saber hacer que viene de lejos.

La tradición dulce de esta tierra se preserva en las cocinas familiares, donde recetas centenarias cobran vida en deliciosas formas que alegran al local y al turista. Los obradores artesanales mantienen vivo este legado con elaboraciones que combinan los ingredientes locales y el conocimiento pasado de generación en generación, creando dulces que son verdaderos emblemas de la gastronomía ribera.